Intuitivamente, sabía - y me daba cuenta de que él también lo creía 
así- que mañana iba a ser un momento crucial.
Nuestra relación no podía continuar al filo de la navaja.Caeríamos a uno
 u otro lado, dependiendo por completo de su elección o sus instintos. 
Yo había tomado mi decisión, lo había hecho incluso antes de haber sido 
consciente de la misma y me comprometí a llevarla a cabo hasta el final,
 porque para mí no había nada más terrible e insoportable que la idea de
 separarme de él. Me resultaba imposible.
 
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